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ESPECIES ESPECIALES

Pez luna 1

¡Cómo Mola el Pez luna!

Cuál fue la sorpresa que se llevó Mustafa, el Tapicero de Tetuán, cuando en una de sus habituales jornadas de pesca desde la orilla creyó haber capturado un monstruo marino en lugar de sus habituales pesqueras de doradas, lubinas y pargos,… Aquel recuerdo permanece en una pequeña foto en su taller donde aún resaltan la envergadura y colorido del Pez luna.
Más de una tonelada de cabeza de pescado con forma de rueda de molino y dos grandes aletas. Así se podría resumir el aspecto del Pez luna (Mola mola), un tetraodontiforme que vive en todos los mares templados y cálidos del planeta.
El Pez luna (Mola mola) es un pez pelágico tetraodontiforme de la familia Molidae.
El Pez luna es una especie Cosmopolita que se encuentra en aguas tropicales y templadas del mar Mediterráneo y los océanos Atlántico, Índico y Pacífico. Prefiere aguas abiertas y normalmente nadan en solitario, aunque a menudo se localizan en parejas o grupos cerca de campos de macroalgas y arrecifes de coral profundos en los que limpian su piel de ectoparásitos gracias a la contribución de peces lábridos o del pez ángel emperador (Pomacanthus imperator).
El Pez luna es el mayor pez óseo que existe. Su espina dorsal tiene solo 4 vértebras y su esqueleto contiene abundante tejido cartilaginoso, que al ser más ligero que el tejido óseo les permite alcanzar tamaños enormes. El Pez luna adulto tiene una longitud media de 1,8 metros y una distancia distal entre aletas de 2,5 metros. Su peso medio va de 250 a 1000 kg. Se ha registrado una longitud máxima de 3,3 metros y una altura de 4,2 metros entre los extremos de las aletas dorsal y ventral, con un peso de hasta 2.300 kg. Su cuerpo es comprimido y ovalado. Su vida es relativamente larga y nunca deja de crecer. Los reclutas juveniles crecen a una velocidad de 0,02 a 0,42 kg/día. Las hembras del Pez luna son más grandes que los machos. Los alevines tienen grandes aletas pectorales, una aleta caudal y espinas corporales que no se encuentran en los adultos. Las crías se desplazan en bancos para protegerse, pero abandonan esta costumbre cuando crecen.
En su evolución la cola desaparece. Su piel dura está recubierta de una mucosa que puede tener hasta 7 cm de espesor. Cuando se ven amenazados tienen la habilidad oscurecer el color de su piel.
En el transcurso de su evolución, su aleta caudal (o cola) desapareció y fue sustituida por una estructura o seudocola en forma de abanico formada por la convergencia de las aletas dorsal y anal. Sus aletas branquiales son redondeadas, en forma de abanico y muy pequeñas para el tamaño de estos peces.
Debido a la carencia de una cola auténtica para propulsarse hacia adelante y al pequeño tamaño de sus aletas pectorales, el Pez luna utiliza sus largas y delgadas aletas dorsal y anal para moverse, empujándose hacia adelante mediante el movimiento lateral de estas aletas.
El Pez luna nada cerca de la superficie para recalentar su cuerpo después de bucear en aguas más frías, exponiendo la punta de su aleta dorsal, y puede hasta saltar fuera del agua. Sin embargo, por el movimiento de la aleta dorsal es fácil distinguir a un Pez luna de un tiburón observando su trayectoria en superficie: mientras que los tiburones, como la mayoría de los peces, se mueven mediante un movimiento lateral de la cola y un movimiento rectilíneo de la aleta dorsal, el Pez luna mueve sus aletas dorsal y anal en un característico movimiento lateral de remo.
A pesar de su imponente aspecto el Pez luna es inofensivo y se alimenta principalmente de medusas y zooplancton, que consume en grandes cantidades para mantener su tamaño. Por esta razón los residuos y bolsas de plástico constituyen una amenaza para su supervivencia. También comen moluscos, macroalgas, salpas, ctenóforos, esponjas, calamares, crustáceos, peces pequeños y larvas de peces y anguilas. De acuerdo con lo anterior, su presencia en una zona puede ser indicadora de aguas ricas en nutrientes.
El Pez luna prefiere aguas con temperaturas superiores a los 12 oC, puede recorrer 26 km al día a una velocidad de 3,2 km/hora y puede llegar a 500 metros de profundidad.
Poco se sabe de sus costumbres de apareamiento. Sus principales zonas de apareamiento son al norte y sur de los océanos Atlántico y Pacífico y en el Índico. En la costa japonesa su época de reproducción es entre agosto y octubre. Las hembras pueden poner 300 millones de diminutos huevos (con un diámetro de 13 mm), más que cualquier otro vertebrado conocido. El potencial de crecimiento es tal que el tamaño adulto puede ser 60 millones de veces mayor que al nacer. Se desconoce la extensión de su ciclo de vida pero se sabe que miembros de su mismo género pueden vivir de 82 a 105 años.
Entre los pocos depredadores del Pez luna destacan leones marinos, orcas, tiburones y atunes y la estrategia del Pez luna para evitarlos consiste a veces en bucear por debajo de la termoclina. Aunque en Europa está prohibida la venta de su carne, que es considerada tóxica por la presencia de tetraodotoxina, esta es considerada una “delicatesen” en algunos países de Asia como Corea, Japón o Taiwán. Algunas partes se utilizan en medicina tradicional.
Estudios recientes indican una disminución en las poblaciones de Pez luna que podría estar causada por una mayor frecuencia en las capturas accesorias y por el creciente aumento de su popularidad en la dieta humana. La proporción de capturas accesorias (captura de especies distintas a la que se pretende pescar) de peces luna es todavía más alta en el caso la industria del pez espada en el Mediterráneo, donde M. mola representaba entre el 71% y el 90% de las capturas totales entre 1992-1994. Su pesca, captura accesoria y destrucción no está regulada a nivel mundial. Además, en algunas regiones los pescadores les cortan las aletas, al considerarlos ladrones de cebo sin valor; este proceso acaba matando al animal, que ya no es capaz de desplazarse sin sus aletas dorsal y anal.
Debido a sus especiales requerimientos, el triste destino de terminar en un acuario es bastante limitado.
El Instituto Español de Oceanografía ha realizado estudios sobre las especies demersales del mar de Alborán, destacando como bastante abundantes en la zona al pez espada (Xiphias gladius), la barracuda (Sphyraena sphyraena), y al Pez luna (Mola mola).
En el mar de Alborán y en las cercanías de Carchuna, Calahonda y Castell de Ferro, en la Costa de Granada, no es raro encontrarlo durante nuestras inmersiones. El Pez luna no supone ninguna amenaza para los submarinistas.
Así que, si no lo has visto aún y te apetece probar, visítanos en la Costa Tropical y ¡¡¡sumérgete con nosotros!!

Pez luna 2

Autores: Miguel Ángel Roldán González y Antonio Hervás Fernández.